El entorno

En pleno corazón del Pirineo aragonés se esconde uno de los valles que mejor ha sabido soportar el progreso y el cambio de los tiempos. El Valle de Chistau es un claro ejemplo de convivencia, donde hombre y naturaleza han avanzado de la mano haciendo que el paso de los siglos apenas alterara su aspecto. Protegido por imponentes cumbres de más de tres mil metros de altitud, no deja de sorprendernos una vez tras otra, ofreciéndonos rincones de incomparable belleza: ibones, cascadas, bosques, desfiladeros, picos, praderas, etc... donde una rica flora y una variada fauna siguen encontrando su hábitat natural.

Remontando el valle nos adentraremos en el Parque Natural Posets- Maladeta, coronado por el imponente pico de Posets o Lardana, segunda cumbre en altitud del pirineo. Cerca del valle, hacia el Oeste, se encuentra el Parque Nacional de Ordesa y monte Perdido.

Paseando por sus pueblos centenarios se percibe la extraña sensación de que siempre han estado ahí, coexistiendo en perfecta armonía con el espectacular paisaje que nos rodea.

El parcial aislamiento en que ha vivido el valle hasta épocas cercanas ha propiciado que perdurara hasta nuestros días una gran riqueza etnográfica visible en fiestas, tradiciones, en el dialecto todavía vivo que es frecuente escuchar entre sus habitantes (el chistabín), etc.

Si lo conoces te cautivará.